Hoy en día es más fácil hacernos los locos cuando vemos gente que necesita ayuda, preferimos hacerlo así porque nos mete en menos problemas ignorarlo que tratar de ayudar, ésto no es un crítica, es una reflexión, a muchos nos debe haber sucedido que cuando intervenimos en apoyo a alguién más y sale mal, nos reprochamos diciendo, "eso me pasa por salido" vivimos en una sociedad que nos ha llevado a ser egoistas porque es la mejor manera de mantenernos libre de problemas.
Ser indolente es perder la capacidad de conmovernos ante el sufrimiento de alguien más, inclusive, cuando ocurren incidentes en la calle por ejemplo, en lugar de pararnos y ayudar aceleramos el paso, cruzamos la calle, hace un tiempo recuerdo haber leído que un señor sufrió un infarto en plena avenida, y la gente le pasaba por un lado pero nadie se paraba a ayudarlo, la gente pensaba que estaba borracho, así el señor murió esperando que alguien lo levantara y lo llevará a un hospital, incluso primero llegó su foto a las RRSS porque el morbo puede más que la solidaridad.
Muchos en algún momento hemos visto tanto que por momentos perdemos la fe, sin embargo sigo pensando que hay gente buena, y mientras exista nobleza en el mundo hay esperanza.¿Cómo podríamos nosotros luchar contra eso? ¿Cómo podríamos evitar convertirnos en un indolente más? Lo primero es comenzar a observar detenidamente nuestro entorno, darnos la oportunidad de conocer mejor a la gente, tomarnos el tiempo para hablar, quitarnos el acelerador y observar los detalles, mirar a los ojos, sé que lo que nos ocurre nos llena de predisposición pero no todo es maldad, sí existe gente buena, solidaria, debemos evitar la paranoia, hoy en día ofrecer ayuda es un riesgo, pero tal vez no, cuando veamos que alguna persona requiera auxilio en la vía pública si al menos no somos capaces de actuar solos por miedo, busquemos la manera de ayudar de forma indirecta, siempre hay formas para todo, y hoy en día la técnología nos facilita las cosas, saludemos y agradezcamos a diario, así con cada pequeño gesto estaremos aportando un granito de arena para cambiar una sociedad que ha perdido la empatía con el otro, inclusive ésto pasa por ser amigables no solo con el prójimo, con todos los seres vivos, he visto mucha gente disfrutando causándole daño a animalitos indefensos, incluso al medio ambiente.
Sigo insistiendo que los pequeños gestos hacen la diferencia, no sabemos los laberintos internos en los que los demás podrían sentirse atrapados, tragedias personales que nos nos imaginamos, podemos hacer la diferencia con una sonrisa.
Así mucha gente va por la vida a la defensiva, y eso de algún modo nos convierte en indolentes, la descomposición social nos ha enseñado que mientras menos nos involucremos mejor nos va, así de noche podemos encontrar a una sra con un bebé caminando por la calle, pero el miedo nos lleva a pensar que podría ser una delincuente que busca incautos para robar, y no es descabellado, vivimos en un dilema, porque aunque queremos ayudar, no nos queremos arriesgar, entonces es mejor no hacer nada.
A pesar de cualquier circunstancia no podemos pagar con lo mismo que recibimos, uno de los pasos para cortar con esta cadena es romperla, sé que es complicado , hacerlo en una sociedad donde el que es bueno es el tonto, en que para sobrevivir hay que ser malo, en fin, sé que muchas veces el mismo sistema nos arrastra a voltear cuando somos testigos de algún hecho, y así cualquier cantidad de situaciones que nos va alejando más y más, convirtiéndonos en paranóicos que vemos una amenaza en cualquier parte, es muy ingenúo pensar que lo que le pasa a alguién más no nos va a pasar a nosotros, y todos en algún momento necesitamos ayuda y se sentiría feo no tener con quién contar.
Gracias por leerme, déjame en los comentarios tus apreciaciones sobre el tema.