No sé ustedes pero desde que empezó la pandemia han sido muchos los miedos que han aflorado en torno a los niños y de si era seguro enviarlos al colegio, era tal la inseguridad que decidí que continuaran online porque no estaban vacunados, quería protegerlos pero al mismo tiempo me estaba saturando aún más yo, llevando sobre mis hombros toda la responsabilidad de las actividades y pagando maestros particulares para que realizaran las labores en casa, en paralelo pagando una matrícula costosa a un colegio que solo subía tareas y más tareas a una plataforma digital.
Pensaba que los niños estaban más seguros en casa, y por eso no los enviaba al colegio, también una mezcla de sentimientos por tantas noticias nefastas que leo, me hacían pensar que solo conmigo o bajo mi supervisión directa iban a estar bien, hasta que entendí que ellos necesitan de esa interacción para estar bien, les hace falta compartir con otros niños y con la maestra en el aula, por ejemplo de parte de mi hija pequeña ya era una demanda continúa cuando voy a ir a la escuela.
Hoy los envié, confieso que sentí un vacío en mi corazón cuando los dejé, fue como lo que experimenté con ambos cuando chiquitos fueron por primera vez al preescolar, la diferencia es que en esa oportunidad ellos fueron los que se quedaron llorando, y hoy estaban contentos, la lección los niños son más resilientes, hoy yo estaba nerviosa e insegura y ellos estaban felices, yo les repetí mil veces que usaran el gel y no se quitarán el tapabocas y ellos siiii mamá ya sabemos.
Esta pandemia nos ha dejado muchas enseñanzas y es que hemos tenido que adaptarnos a muchos cambios a la vez, y así ya tenemos dos años viviendo con ella, lo más importante es que hemos visto que el aislamiento no disminuyó en gran medida los contagios, ha sido la concientización y responsabilidad de las personas en algunos casos, entonces pienso que ya de una vez por toda, debemos ir dejando el miedo y continuar porque el bienestar emocional psicosocial de los niños es importante, el encierro y el ocio los hace más vulnerables, es como si no asistir al colegio les quitara disciplina, el compromiso que tienen con los docentes, no sé pero siendo mamá maestra he pasado por muchas situaciones difíciles para mi.
Este fenómeno se vive en otras áreas, y entonces hemos visto como nos catalogan como esenciales y no esenciales, entonces hay unos que no pueden parar y otros que no terminan de arrancar, en ese sentido la educación de los niños es esencial y el peligro de contagiarse lo tienen en cualquier parte y si les educamos para que tomen las medidas de bioseguridad necesarias, ellos estarán bien.
Porque lo que no cambiaría es la cara de felicidad que tenía mi hija hoy cuando se quedó en el colegio.
Gracias por leerme y déjame en los comentarios tu experiencia con las clases presenciales de los niños.