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Un tema que actualmente es tendencia es el relacionado con el arte del engaño y como muchas personas que por ingenuidad son víctimas de las famosas y mentadas estafas virtuales, no solo económicas si no sentimentales, ha sido tanta la notoriedad que al día de hoy existen dos series en los primeros lugares de una plataforma de Streaming que describen la forma de operar de éste tipo de personas.
Uno el documental llamado El Estafador de Tinder que logró hacerse con más de 10 millones de $ de varias mujeres alrededor de mundo haciendo pasar por un heredero millonario en una app de citas.
La otra es el seriado Inventing Ana que en nueve capítulos cuenta la historia de una chica extranjera que con veinticinco años engañó a toda la alta sociedad neoyorkina hasta que fue arrestada, ambas historias basadas en el arte del engaño a través de las falsas apariencias.
Es oportuno comentar que son hechos reales, lo triste del asunto es que ahora son más famosos y están ganando más dinero solo por hacer virales sus delitos.
Dice un dicho popular que no todo lo que brilla es
oro, pero parece haber quedado sepultado con las redes sociales, ya que con
ellas es fácil construir un mundo ideal, un espacio soñado en el que todo es
perfecto, ya hace unos días escribí sobre esto de un modo más general, entonces
es cada vez más común que las personas recurran a las redes para construir el personaje
que desean mostrar a los demás, y por lo que pude ver con astucia y el
presupuesto de otros puedes hacerle creer al mundo que eres alguien que en
realidad no existe.
Por eso debemos prestar atención porque unos lo
hacen a través del lujo, otros a través de la necesidad, pues también he visto
con sorpresa como usan hasta las plataformas de recaudación por enfermedades
para obtener dinero fácil jugando con los sentimientos de los demás, lo que me
parece detestable porque la gente buena pierde la confianza en las campañas de
otros que sí dicen la verdad y necesitan de la solidaridad de las personas para
luchar por recuperar la salud.
Todas mis reflexiones giran en torno los
niños, en éste caso específico pienso que ellos no deberían tener redes
sociales y si las tienen éstas deben ser supervisadas, a propósito de mi
comentario, hace unos meses vi un video de México en el que una niña era
engañada por un pedófilo usando un filtro de snapchat que lo hacía lucir como
una jovencita y la invitaba al parque a jugar, me impresioné tanto porque no
sabía que eso existía, así hoy en día hay apps que cambian el tono de voz, es
decir la tecnología está facilitando éstos engaños, cada vez que leo esto
pienso: el mundo está muy loco, a donde vamos a llegar, no dejo de
sorprenderme, por eso los más pequeños son los más vulnerables y su tiempo en
línea obligatoriamente tienen que ser bajo nuestra supervisión.
Al ver ambas series completas, me di cuenta que no
solo los niños caen por inocentes, los adultos también y muy fácilmente pueden
ser engañados, solo basta conectar con la necesidad de la otra persona sea cual
sea, afectiva, económica, estudiar su patrón e iniciar con la manipulación para
obtener lo deseado.
Al ver la series creemos que no hay tantos Simon
Leviev y Anas Sorokin, cuando lo cierto es que hay más de las que pensamos en mayor
y menor escala, en una oportunidad en twitter me pasó que una persona usaba los
cumplidos para contactarme en privado y al conversar con otra tuitera nos dimos
cuenta que copiaba y pegaba los mismos mensajes a varias para ver con cual
obtenía resultados, por eso debemos hacerle caso a ese dicho de nuestros padres
no hables con extraños y si insisten bloquéalos, es tan impresionante, que un
familiar fue estafado por una mujer preciosa que le decía que estaba en Dubái y
evadía la videollamada porque había mala señal, cuando me contó le dije en Dubái?
después de un tiempo de tanto indagar e insistir descubrió que su enamorada era
un caballero.
Así podemos pasearnos por engaños más
"inocentes" de los que todo el mundo habla y bromea, los filtros
embellecedores de las redes, es bueno usarlos, pero con límites, y no para
engañar a otros sobre la apariencia, pues luego cuando se trasciende a la vida
real vienen las decepciones, y esto pasa porque en la actualidad priva la
apariencia sobre la esencia, a pocos les importa lo que llevas por dentro,
siempre que tu exterior luzca bien.
Aprendamos a ver lo esencial de la gente, y a estar
atentos con las señales de alguien que solo desea interactuar en redes
sociales, ahora la mentira tiene muchas caras, así también evitemos ser ingenuos
porque ahora hasta por WhatsApp hay tramas delictivas, lo más recomendable es
no compartir información personal con extraños, y, captar las señales de
alarma, esto da mucha tela que cortar porque existen tantas prácticas que cada
día suman más víctimas, el amor propio y una autoestima fuerte son la mejor
medicina, así evitarás caer en ellas, los fraudes siempre han existido, solo
que se han ido perfeccionando, hoy en día se habla del ghosting, del orbiting,
y otras tantas, que son una forma más ingenua de estafa virtual que se basan en
el flirteo por redes, enamoramiento y la desaparición en ese caso la estafa va
directo al corazón, debemos entender de una vez que no sabemos quién se esconde
detrás de la pantalla y ante esa vulnerabilidad debemos ser desconfiados y
preparar a los niños para que lo sean, no nos quedemos con lo vemos en las
RRSS, investiguemos más allá para estar seguro con quien interactuamos en
internet.
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