Para hacer cosas en la vida, se necesita constancia, ímpetu, prudencia y método, considero que éstos cuatro factores ligados a otras variables como la preparación es lo que puede o no garantizar el éxito en cualquier plan, no seguir alguno o entrar en desequilibrio sería improvisar.
Creer que puedes seguir tu instinto sin realizar un análisis previo podría funcionar solo a veces, y dejarse llevar por la emoción de lo que otro dice o por lo que crees que puede pasar sin profundizar es un salto al vacío sin saber lo que te espera.
Se ha demostrado que todo requiere de método, hasta para dar un paso se debe analizar bien el suelo que se pisa, allí no podemos dejar nada a la suerte, es equivalente a agarrar un carro y manejar sin rumbo, entonces si para llegar a un destino se usa un GPS o un mapa, no se puede pretender hacer negocios sólo guiándose por la intuición.
Actuar por impulso y sin análizar previamente los escenarios solo deja cansancio y decepción, no solo por creer que algo puede ser será, se necesita madurez y sentatez para fijarse metas reales, pensar con el plan escrito permite visualizarlo de manera más clara y hacer modificaciones en caso de que sea necesario.
Hasta lo que he experimentado, tampoco sirve de mucho ser estructurado, planificado y no arriesgarse, si tienes mucho impulso e ímpetu arrancas pero sin método te agotas rápido entonces no debes solo lidiar con los obstáculos si no con desgaste emocional y físico que te produce tomar una mala decisión.
Esto lo reflexionaba mientras me encontraba en una situación en la que alguien me llamó conservadora miedosa porque le explicaba que la forma en la que pretendía encaminar un proyecto era descabellado y carente de planificación, porque no se trata de no poder asumir riesgos si no la forma como te preparas para enfrentarlos.