Esta mañana cuando venía manejando hacía mi lugar de trabajo, en mi transitar por la autopista, logré conectar con el silencio lo cual no es algo que una mamá pueda hacer con mucha facilidad cuando tiene hijos pequeños, entonces, mientras conducía observaba el comportamiento del resto de los conductores y pensaba que la vida es eso, un camino con curvas y rectas, con gente que viene a tu alrededor haciendo la misma carrera que tu, unos van más rápido otros más lento, pero todos conducen hacía su objetivo.
Muchas veces nos obstaculizan y otras por circunstancias propias o ajenas el obstáculo somos nosotros, esto va a depender del tráfico pero también de nuestra manera de manejar, en ese camino, nos encontraremos con gente que nos va pedir paso con respeto y otros que nos acosarán apróximandose peligrosamente solo para que nos quitemos como si pudieran pasarnos por encima. Así como en la vía en la vida son cosas con las que debemos aprender a lidiar y de nuestra actitud dependerá nuestro éxito o fracaso.
Debemos estar atentos, porque si nos distraemos podemos chocar, las decisiones que tomenos serán determinantes, la cautela con la que transitemos, entender que podemos correr riesgos pero pendiente de no afectar a los que están a nuestro alrededor, saber que todo eso forma parte de lo que debemos hacer para llegar seguros a nuestro destino que es vivir con plenitud.