Hay días en los que nos sentimos así, como una taza sin nada en su interior, algunos la visualizamos como según la vemos hermosa, limpia, astillada o sucia; en todos los casos cuando nacemos y vamos creciendo nuestra taza está vacía, la taza somos nosotros y el contenido es como sentimos, pensamos, creemos, vivimos, internalizamos y exteriorizando lo que somos, es nuestra experiencia vivencial la que nos hace llenar la taza, y lo que nos sucede como cadena de eventos es lo que nos absorbe la energía con la venimos equipados y nos hace vaciarla, lenta o drásticamente, eso depende de nosotros, eventualmente es necesario vaciarla de personas, creencias, emociones mal o bien vividas, de experiencias tristes y también felices.
Sólo así podremos volver a iniciar el ciclo, llegado el momento en que la taza está completamente vacía es común entristecernos porque quizás pensamos que ya no está cumpliendo su función, si lo pensamos bien eso no está mal, si se ha vaciado es porque tenemos la oportunidad de volverla a llenar, de nuevas experiencias, emociones, personas, somos nosotros quienes decidimos de que, no responsabilicemos a nadie más.
#vivir #reflexiones
Lo que no debemos permitirnos es dejarla llena de algo que se descomponga en su interior, porque exactamente así se enmohecerá nuestra alma... analicemos nuestra taza, revisemos de que las estamos llenando.. cada día, cada bocanada de aire que respiramos nos debe recordar que llenarla de cosas que nos nutra y nos alimente y por supuesto nos guste es nuestra misión y cuando sea necesario vaciarla de eso que ya no queremos, que no nos gusta para poderla limpiar y volverla a llenar, porque eso solo depende de nosotros.