Hace un tiempo les escribí sobre una hermosa palabra llamada GIRI que en resumen significa retribuir incondicionalmente lo bonito que hacen por ti y no descansar hasta lograrlo.
Cómo todo en la vida las cosas para que funcionen deben estar en equilibrio, debemos necesariamente ser agradecidos, teniendo claro que por agradecimiento no podemos ni debemos someternos al yugo de nadie más.
Hacer algo por alguien tiene su valor en la INTENCIÓN, es decir, cuando hacemos algo por otra persona, que sabemos bien necesita ese "algo" pero lo que veladamente buscamos es que esa persona se subordine a nuestra voluntad, eso que hacemos pierde valor, por simbólico que sea.
El verdadero valor de las cosas existe cuando se actúa de forma desinteresada, ya que solo así la energía que orbita se convierte en un acto de buena voluntad, sin nada oculto, sin intereses solapados, eso es lo que hace la diferencia. El secreto está en el lugar donde pones tu intención si en tu lado o en el del otro aunque no te beneficie.
Cuando la INTENCIÓN es limpia, lo que se hace repercute positivamente en el entorno, por el contrario, cuando se hace pensando en los beneficios que puedes obtener haciéndolo la energía del dar se opaca porque la intención no es sincera ni desinteresada, así que hacer algo por alguien y luego ponerla contra la pared porque está en deuda es una forma de vileza.
Lo intencional proviene de la consciencia, de ese pensamiento premeditado en el que hacemos algo en pos de un objetivo, es famoso el dicho "la intención es lo que cuenta" y eso es justo porque puedes estar haciendo algo aparentemente noble para ayudar a alguien con intereses escondidos o por el contrario en apariencia estar haciendo poco con la mejor intención, entonces, no es lo que hagas, es con que fin lo haces lo que le otorga o le resta valor a tu acción.