Mis pasiones: Amar, escribir y hornear. Mi Blog es mi mundo, mi espacio de reflexión, Mi diario personal, me dejo fluir a través de las palabras, aprendo de la cotidianidad, amo escribir y que ustedes lo lean.

martes, 6 de septiembre de 2022

La madurez emocional

 

Algunos humanos nos caracterizamos por ser complicados, unos más que otros, lo innegable es que en algún momento todos pasamos por crisis existenciales, crisis surgidas en muchos casos de la inconformidad, pues pasa que muchas veces queremos tanto algo hasta llegar al punto de anhelarlo con la vida y una vez que lo alcanzamos, nos damos cuenta de que lo estuvimos idealizando, eso sucede porque somos víctimas de las expectativas y las circunstancias. Por ejemplo, los niños cuando quieren un dulce, mientras más le dices que no, más lo quieren, algunos hasta con berrinche incluido no se quedan tranquilos hasta tenerlo, finalmente cuando lo obtienen de forma casi inmediata pierden el interés, porque ya no sienten la emoción, y es simple, ya no es un deseo, es algo alcanzable y materializado; muchas veces ocurre que el solo hecho de saber que algo está a nuestro alcance es suficiente para perder el interés, esa misma situación suele repetirse, pero con adultos como protagonistas y esto en muchos casos implica inmadurez emocional. Una persona emocionalmente inmadura es aquella que no empatiza con los sentimientos de los demás, porque no está preparado para entender las necesidades del otro y menos las suyas propias, y eso lo hace pensar que un capricho es un sentimiento más estable. Dicen que cada cabeza es un mundo, este dicho es tan real y vigente que lo que para nosotros es maravilloso para otro resulta ser un fastidio, muchas veces cuando somos emocionalmente inmaduros nos cuesta definirnos y podemos llegar a pensar que el momento propicio o la persona perfecta sería el resultado de combinar varios momentos o varias personas y temperamentos para obtener lo que realmente "creemos" perfecto o afín a nosotros, porque vivimos idealizando, comparando y enfocándonos en lo que nos falta y no en lo que tenemos. Los seres humanos somos amantes de los retos y los desafíos, por eso es comprensible que muchas veces nos sintamos atraídos por eso que creemos difícil de alcanzar. El secreto para vivir y disfrutar la vida es no comparar y aceptar a los otros tal y como son, la aceptación del otro es lo que nos centra y equilibra, no podemos seguir actuando como niños porque no lo somos, y las personas no son objetos que podemos usar para satisfacernos y luego excluirlas porque no eran lo que nos imaginamos. Las personas son seres valiosos con sentimientos que debemos respetar desde el principio, no podemos simplemente usarlos para cubrir vacíos, suplir carencias.



El consejo no pedido es : No hagas a los demás lo que no te gustaría te hagan a ti.