Así vamos eligiendo, y será muy común tengamos más de una opción y estemos confundidos en cual es la mejor, hasta que llega el momento que decidir se convierte en algo más trascendental, ésto sucede cuando elegir tiene que ver con cambios contundentes, por ejemplo tener o no hijos, establecer o terminar una relación, dar un giro a nuestra vida laboral, mudarnos de ciudad o país, en fin, es natural que nos sintamos presionados y con la incertidumbre de saber si la decisión que creemos es la más acertada en la realidad es la que más nos conviene.
Antes de tomar decisiones es necesario pasear por las posibles situaciones que una elección u otra desencadenaría en nuestra vida, y como también es un proceso reflexivo por el que todos debemos pasar analizando los pro y contra tenemos la oportunidad de ser objetivos, pues muchas veces decidimos basados en lo que sentimos, y eso enmascara muchas realidades que producto de nuestra emocionalidad pasamos desapercibidas.
Por ejemplo, hace algunos años se me presentó la oportunidad de comprar un inmueble a estrenar, muy bonito para personalizarlo a mi gusto, y la emoción de eso no me permitió darme cuenta en el momento de otros aspectos que también eran importantes, cómo por ejemplo que estaba en un municipio alejado de mi trabajo, que era de difícil acceso, que no contaba con buenas redes de comunicación, y aunque al día de hoy no me arrepiento, han sido muchas las cosas que se han complicado por vivir aquí. y eso nos puede ocurrir con cualquier decisión que tomemos de forma acelerada.
Otro ejemplo visible es el que se da en las relaciones de pareja o al emigrar, al principio no vemos con claridad como es la situación real y en ambos casos nos frustramos porque nos imaginamos un escenario distinto y al reaccionar chocamos con una realidad que siempre estuvo ahí, solo que nos empeñamos en no verla.
Según algunos artículos que estuve leyendo, hay cuatro aspectos que debes considerar antes de tomar cualquier decisión, los cuales a continuación les mencionaré desde mi análisis:
1 Analiza las Consecuencias: Ésto es determinante, pregúntate que podría pasar si tomas esa decisión que estás pensando, y cómo repercutiría en tu vida futura, poder medir lo bueno y lo malo nos da claridad.
2. Escucha tu instinto: Aunque no podemos dejarnos llevar al 100% por la intuición, soy fiel creyente de que el corazón en el fondo sabe solo que a veces no le prestamos atención, el instinto sirve para acompañarlo de análisis y objetividad para que busques dentro de ti la mejor decisión, solo debes lograr el equilibrio.
3. Ve paso a paso: No debes desbocarte, en apremiante antes de decidir meter el freno y no dejarse presionar, pues también habrán personas que intenten hacernos tomar decisiones precipitadas, debemos ir a nuestro ritmo y subiendo los niveles, generalmente las personas que se desesperan por hacer algo con resultados inmediatos y sin pensarlo previamente se arrepienten de no haberlo pensado mejor.
4. Obtenga una mayor perspectiva: Esto no es más que analizarlo todo, revisar experiencias similares para saber como otras personas enfrentaron situaciones parecidas a la tuya, saber con que herramientas cuentas en caso de tomar una decisión y si podrías revertirla y a que costo, hacerlo te permitirá tener una visión más clara del panorama sin obsesionarte, porque cada realidad es distinta.
Recuerda que tus decisiones también afectan a terceros, pues todas las personas de tu entorno mmás cercano podrían verse afectadas así que no pienses solo en tí y consulta con ellos en los casos que apliquen para que luego no hayan arrempetimientos ni reproches.
Para cerrar te dejo éste ejemplo que conseguí en el portal gestion.pe y te agradezco tu tiempo al haber leído hasta aquí, si te gusta el contenido, déja tus impresiones en los comentarios y comparte.
Regla 10/10/10 del multimillonario Warren Buffet , que consiste en hacerse estas tres preguntas clave:
- ¿Cómo me hará sentir esta decisión en 10 minutos?
- ¿Cómo me hará sentir en 10 meses?
- ¿Cómo me hará sentir esta decisión dentro de 10 años?