Comienzo diciéndoles que siempre pase lo que pase den lo mejor de sí, aporten lo más bonito que tengan por dentro, no den a medias, no importa lo que vean, no importa lo que reciban de los demás.
Nosotros porque me incluyo hacemos la diferencia, sé que algunas veces duele dar y no recibir el equivalente, pero debemos entender que no todos son como nosotros, no sienten en la misma medida que lo hacemos nosotros, por lo tanto, nuestros actos no deben condicionarse a lo que recibamos de los demás.
Por eso aunque sea difícil es mejor vivir sin la expectativa de lo que podemos recibir de alguien, nuestra estabilidad emocional no puede supeditarse a los cambios de comportamiento de otro, lo importante es aprender a fijar límites para que el otro entienda que estamos o no dispuestos a recibir, y con la certeza que no será menos de lo que nos merecemos.
Cada quien da lo que tiene en su corazón, no esperemos más de lo que otros puede dar, en esos casos es mejor tomar distancia y seguir.