Entre vibrar y quedarse petrificado del aburrimiento prefiero vibrar, el amor tiene que ser según mi criterio una simbiosis entre una tarde tranquila de lluvia y un ciclón metaforicamente hablando, cuando se siente amor, no basta con sentirlo y dejarlo ahí dentro de la vitrina, al existir lenguajes del amor distintos el otro ante ese escenario podría quedarse sin combustible pensando y sintiendo que el otro no siente lo suficiente para demostrarlo.
Los ritmos en el amor deben sincronizarse porque la mayoría de las veces una relación puede entrar en déficit por falta de acoplamiento, la comunicación sobre lo que nos gusta y como nos gusta recibirlo es vital en el éxito de cualquier relación porque todos somos diferentes y cuando nos unimos en parejas somos dos mundos intentando cohabitar en el mismo espacio, y suele suceder que cuando hay muchas diferencias en las personalidades el espacio se va reduciendo y empiezan los choques y confrontaciones.
Lo primero que se debe hacer al iniciar una relación es hablar sobre los límites, lo que nos gusta, y no que no, partiendo de allí será más sencillo engranarnos.
Para mi el amor necesariamente tiene que ser una explosión de emociones, pero a la vez tiene que haber tranquilidad y confianza para que las bases se puedan sustentar con firmeza, un amor silente me aturde, pienso que el amor para que sea duradero y no caiga en la rutina tiene que ser intenso, pero con esa intensidad sana que mantiene la hoguera encendida sobretodo en los tiempos más fríos.
En el momento en que se comience a sentir ese frío que cala por los huesos y que va abriendo brechas en la relación hay que manifestarlo, hacerlo es un acto de amor genuino hacia uno mismo y mil veces mejor que caer en el error de callar, voltear y buscar afuera lo que adentro adentro de la relación hemos dejado de recibir, muchas veces son situaciones que redundan en una una comunicación deficiente que pueden resolverse con compromiso, amor y voluntad, pero si ya es un puente roto en intransitable prefiero ser sincera aunque parezca mala que la hipócrita buena que sostiene algo que no funciona solo por disimular ante los demás.