Cuando nos analizamos introspectivamente en algún momento determinado de nuestra vida nos damos cuenta que somos el progreso de lo que vivimos, nuestras experiencias nos van moldeando, nos forjan el caracter.
Como seres emocionales es común y comprensible que en ese transitar experimentemos episodios ansiosos, porque no todos contamos con las herramientas para lidiar con ellos y gestionar eficientemente las emociones que nos provocan.
Inclusive, los brotes de emocionalidad nos suceden a todos, la diferencia es que algunas personas saben como manejarlos, pero otros no, y, por eso debemos procurar no ser críticos e intransigentes, la mejor muestra de ayuda que podemos darle a alguien que está pasando por una crisis de ansiedad es apoyarlo en silencio, y si fuera necesario, explicarle sin atacarlo que todas las situaciones son transitorias y que eso que siente que le ahoga también pasará.
Identificando la emoción, es más sencillo buscar la causa, para poder analizar el origen, y desde allí trabajarla, todos los seres humanos somos diferentes, cada quien carga su historia personal, y de esto dependerá su comportamiento, es por ello que aprender a identificar los distintos patrones de comportamiento nos ayudará a aceptarnos y a aceptar a los demás tal cual son, sin expectativas ni decepciones.