En estos últimos días he estado leyendo repetidamente frases que eran muy exclusivas de ciertos campos, así las han ido usando para referirse a situaciones que están en boca de todos, por ejemplo, ahora todo comportamiento desproporcionado en el campo emocional es catalogado como tóxico, del mismo modo usan en la cotidianidad frases como: "Realismo mágico", " Gente enamorada del amor" como que sí eso fuera malo, y así van normalizando esas frases para etiquetar a las personas que por tener sentimientos a flor de piel tienden a idealizar según ellos situaciones y personas; incluso algunos más osados las catalogan como personas altamente sensibles y exageradas, sin tener idea de lo que eso significa.
Mas allá de eso, todos tenemos derecho a vivir colmados de amor, a disfrutar del romance, a ilusionarnos, todos tenemos ese coranzocito que se hincha cuando recibe el amor que da de vuelta multiplicado, ninguna persona amorosa merece ser llamada intensa solo por esperar reciprocidad.
Evidentemente, todos queremos dar y recibir amor, todos, que cada quien desde su lenguaje lo expresa y lo da, aunque a veces los lenguajes se crucen pero no hagan sinergia, ok, lo entiendo, pero no creo que exista un ser humano que pueda vivir feliz sin amor, con indiferencia y frialdad.
Existe mucha gente que dice que a la vida hay que bañarla de realidad, que la cursilería y el exceso de atención fastidian en el siglo XXI, en lo personal difiero totalmente.
Si ser romántico y esperar recibir eso de otro, si dedicar canciones, escribir poemas es ser un enamorado del amor, me declaro culpable, si esperar en una relación tener momentos cursis y empalagosos es disfrazar la realidad de una magia que no tiene, me declaro doblemente culpable, si sentirme herida cuando el amor no es recíproco en la medida que lo doy, me declaro altamente sensible y exagerada.
Todos tenemos que ser hoguera para nuestra pareja, todos debemos trabajar arduamente para mantener la llama del amor encendida, todos tenemos derecho a recibir en la medida que damos, acostumbrarnos a recibir menos es falta de amor propio y de autovaloración.
El amor es una construcción, es un trabajo de arquitectura y diseño diario, y cuando dejas de hacer el trabajo y descuidas tu rol, no puedes reclamar cuando el otro deje de hacerlo, por supuesto, todo dentro de los límites de la madurez y la comprensión.
Sucede que nuestra naturaleza es egoísta, somo yoístas,vemos lo que nos afecta pero no lo que provocamos, somos incapaces de entender que toda causa tiene un efecto, y para hacerlo necesitamos mucha madurez e inteligencia emocional, pero lamentablemente todos cargamos con esa pesada mochila llena de traumas en la espalda que traemos de la infancia y nuestra primera escuela: la familia, tenemos conflictos sin resolver que se convierten en sombras que acechan nuestra vida adulta.
Leo cada vez más seguido como expertos hablan de narcicismo como un trastorno común de la actualidad, entonces pienso, algo está sucediendo dentro de nosotros que nos está desviando de esa esencia bonita del amor y las relaciones sanas.
Es nuestro deber y responsabilidad aceptar en que fallamos, ya que esa es la única vía posible para corregir los errores que estamos cometiendo.