Las experiencias nos marcan, con el día a día vamos permitiendo que lo que nos pasa nos afecte e incluso nos cambie nuestra forma de ser y tratar a los demás.
La inteligencia emocional nos sirve para entender que independientemente de lo que nos ocurra con algunas personas el resto no tiene la culpa, no podemos sentenciar a las personas que comparten su vida con nosotros por aquellas heridas que no hemos logrado sanar.
Cada quien es consciente y responsable de lo que lleva por dentro, y la única forma de sanarlo es aceptarlo, procesarlo y transcenderlo, siempre conservando esa esencia que nos hace únicos e irrepetibles en el mundo.