Mis pasiones: Amar, escribir y hornear. Mi Blog es mi mundo, mi espacio de reflexión, Mi diario personal, me dejo fluir a través de las palabras, aprendo de la cotidianidad, amo escribir y que ustedes lo lean.

miércoles, 11 de septiembre de 2024

La naturaleza del amor

 




A lo largo de mi vida he necesitado hacer click para activar mi chip del amor.

Y no ha sido muchas veces porque aprendí a ser precavida, tanto que en principio me han tildado de fría y distante.


Es que a la mayoría de las niñas de mi generación al igual que a mi, nos enseñaron a regular los sentimientos, nos decían que las mujeres serias y de su casa debían ser discretas y jamás tomar la iniciativa en temas amorosos.

Y bueno, muchas mujeres somos así, y por eso nos hemos quedado esperando lo que no sucede, porque nos negamos a  ganarle a la lentitud o timidez de algunos hombres para esos temas.


En mi caso, aprendí bien y me acostumbré a no tomar la inciativa, soy más de dejarme llevar, pero lo que sí soy es sincera, por eso cuando alguien recibe de mi una palabra o muestra de amor debe creerla, porque soy el tipo de persona que si no siento algo no lo digo y menos le doy entrada.

Suelo ser para algunos un tanto extremista, o soy hielo o soy fuego, quizás es un defecto para otros, para mi es una fortaleza que me ayuda a protegerme, porqué también he aprendido que amar tampoco es idealizar; y eso lo aprendí después de haber idealizado y haberme decepcionado por culpa de mis expectativas.

Nadie aprende viendo, hay que vivir para aprender de verdad, y hay que aceptar para corregir y enmendar.

Cuando idealizas pierdes porque facilmente te decepcionas, esto también va muy ligado a la madurez y por supuesto a la experiencia.

Solo con el tiempo maduras y te vas dando cuenta que el amor lo construyes día tras día entre tropiezos, aciertos y desaciertos.

Solo así, logras comprender que dentro de la bitácora del amor habrá días grises y días soleados, días fríos como un invierno en Italia y días cálidos como un verano en Margarita, días de largas conversaciones y otros inundados de silencio, y por eso no dejará de ser amor.

En fín todo dependerá de nosotros, de nuestro estado de ánimo, de nuestra autorregulación emocional, madurez y circunstancias, y, por supuesto de la capacidad para leer y comprender al otro.


Antes de continuar te aclaro, no soy experta en temas amorosos, no soy psicólogo, ni he tenido muchos amores.

Lo que te puedo decir es que sí he experimentado el amor de muchas maneras, he sido una ilusa enamorada del amor, me he decepcionado, he perdonado y dado segundas oportunidades, he callado, he hablado, he sentido amor  intenso,  y, he dejado de amar con intensidad, he tenido que aprender muchas cosas que se hacen en nombre del amor y otras que se visten de amor pero lo son.


Después de tanto, puedo decirte lo que pienso:

El amor, es un sentimiento complejo, nada tiene que ver con flores, y corazones, esos que me encantan y usé para mi imagen destacada, muchas veces por no decir la mayoría de las veces el romance, el enamoramiento y el flirteo no son amor aunque sirvan de antesala.


El deseo y la pasión tampoco son amor, no real aunque sean parte de él y habiten dentro de sus fronteras, el sexo por si solo no es amor, pero lo complementa y contribuye a su fortalecimiento, visto como instinto primitivo solo que sirve para suplir necesidades fisiológicas y solo por eso está en un nivel inferior. 

Puede haber amor sin sexo y también puede existir el sexo sin amor, pero como el ying yang se debe buscar el equilibrio de las cosas, el escenario ideal es que haya de los dos, y, por supuesto que puedas experimentarlo con la misma persona.

En definitiva, el amor es un nivel superior, y tuve que leer mucho y vivir algunas experiencias para lograr entenderlo.


Puedes amar o sentir amor sin tener contacto físico, porque el amor es más emocional que instintivo, pero en definitiva no puedes sentir un amor real o completo sin contacto físico y no estoy hablando de sexo, suena todo muy confuso, pero si te pasa podría ser una mera ilusión y no lo sabrás hasta que lo materialices.

Experimentas amor verdadero sin ver cuando eres madre, llevas un ser dentro de ti y durante nueve meses no puedes verlo, al principio tampoco lo sentirás, pero sabes que forma parte de ti y lo amas solo por eso.

 Algo parecido pasa con algunos amores lejanos que nacen en la distancia, construyes una conexión emocional, y sientes ilusión, respeto, lealtad, pasión, pero no está contigo, no lo puedes tocar, no lo respiras, no te impregnas de el, viene de ti pero no a través de ti, y solo puedes usar tu imaginación para sentir lo que tu has creado en tu mente.

Construyes ese amor en torno a una ilusión, a una imaginación que es solo tuya y que no puedes tocar, a diferencia de la maternidad, este sentimiento no nace de adentro, no viene de ti, tu lo construyes y fortaleces desde el exterior, puedes mantenerlo un tiempo, porque con eso se llenan tus vacíos, y luego te decepcionas  porque muchas veces, las cosas no son como tu las imaginaste.

Es por eso que, cualquier amor duradero que desees construir debe necesariamente tener ese toque de realidad, debes empezar a amar con tus cinco sentidos, te recomiendo NO SALTARTE esta parte, podrías durar años añorando un amor que crees tuyo y no has tenido, y darte cuenta en segundos que no hay sincronía ni química, eso te conducirá a una guerra con tus expectativas, que aunque miles te recomienden no tenerlas, no es fácil aprender a vivir sin ellas.

El amor es diferente para cada persona, porque nace de lo que cada quien interpreta de la vida y las relaciones, es abstracto, porque nadie ve la vida desde el mismo cristal y por ende los humanos hemos aprendido formas distintas de vivirlo, sentirlo y de demostrarlo.


¿Por Qué? 

Porque todos tenemos heridas y hemos tenido vivencias distintas; me confieso fui una enamorada del amor romántico que se decepcionaba facilmente cuando las cosas se tornaban difíciles o cuando no salían como las había imaginado, también confieso que he trabajado tanto en ello que al menos hoy puedo reconocerlo e intento bañar de realidad mi mundo lleno de fantasías.

Hoy sé, que el amor perfecto no existe, que las almas gemelas tampoco, que todos somos distintos y necesitamos sincronizar para aprender a convivir con las diferencias, que la química es real y que si no existe forzarla te desgasta.

También he aprendido a no romantizar esas diferencias, no se puede sincronizar si no existe el compromiso y la responsabilidad afectiva, no se puede estar dónde no estás bien y no te sientes amado.

No puedes amar a quien no quiere ser amado, y no puedes sentir el amor cuando no logras entenderlo en una dimensión real e integral.

Como Fromm pienso que el amor es un todo, no puedes amar sin humildad ni coraje, como Ghandi pienso que el amor es indivisible no puedes amar solo en un espacio de tu vida si haces daño en otro, como Melendi en su canción concibo al amor como un arte porque con palabras no lo puedes definir y menos predecir.

Con Goleman aprendí que existen cinco lenguajes del amor diferente y que cada quien lo expresa a su modo, los problemas comienzan cuando el otro no entiende el tuyo y a ti no te hace feliz el de él, y no por eso deja de ser amor.

Vieron que es complejo?

Todos buscamos amor, y muchas veces no lo sabemos dar o no estamos preparados para recibirlo y entender las formas de amar de los otros y por eso no somos capaces de verlo en los detalles.

Lo importante, es comprender que somos amor  y necesitamos de él, para que como dice Fromm aprendamos la diferencia entre enamorarnos y permanecer enamorados, y, eso solo lo logramos con madurez, compromiso y responsabilidad afectiva por parte de ambos.

Les recomiendo el libro El Arte de Amar de Erich Fromm, te aseguro tu visión del amor cambiará.

Te dejo este poema que me encanta.

Quién no conoce nada, no ama nada.
Quién no puede hacer nada, no comprende nada.
Quién nada comprende, nada vale
Pero quien comprende también ama, observa, ve...
cuanto mayor es el conocimiento a una cosa, más grande es el amor.
Quién cree que todas las frutas maduran al mismo tiempo que las frutillas
nada sabe acerca de las uvas.

Paracelso