Muchas veces nos transcurre la vida sobreviviendo y cuando realmente nos detenemos a vivir y respirar es que nos damos cuenta lo que hemos estado haciendo y el tiempo que hemos dejado pasar.
Hacemos planes, vivimos con alarmas, estructuramos el día, y así hacemos una rutina que nos va asfixiando de a poco, que nos va restando horas, y al final del día hicimos muchas cosas por otros y nada por nosotros.
Cuando vivimos la vida 1 día a la vez y aprendemos a sincronizar nuestros bioritmos, cuando logramos conectar con lo simple, cuando nos permitimos ser sin importar mañana estamos construyendo una posibilidad de querer repetir lo vivido y cambiar la perspectiva.
Nos vamos liberando de la rutina que nos hace presos y nos va invisibilizando.
Todos somos diferentes, todos somos necesarios, y también todos podemos ser ese boton activador de empieza a vivir y piensa en ti en la vida de otro.
Hoy en día bendigo a mis personas Vitamina, mis blueperson que han venido a mostrarme que vivir sin pensar tanto es importante y que la meta es ser feliz con cada pequeña cosa que hagamos.
No es cliché, jamás vamos tarde mientras estamos vivos, piensa por un momento porque no haces lo que quieres o sientes que quieres hacer ? Qué o quien te lo impide?
Cuestionate, pregúntate, seguro no eres tú o tal vez sí, las plantas aguantan el invierno y en primavera vuelven a florecer, si sientes que no puedes vivir y florecer muévete solo has estado en el lugar equivocado.