No todos los amaneceres son iguales, es que ninguno se parece a otro, los matices, las sombras, las nubes, cada uno es único e irrepetible, representa un hermoso instante que requiere atención y puntualidad, levantarse y enfocarse para disfrutarlo.
Puedes probar diariamente ver el amanecer y notarás que son millones de amaneceres en uno solo, y que tu perspectiva, estado de ánimo y actitud influyen en tu forma de verlo y apreciarlo.
Así funciona todo en la vida ... Todos vemos en la misma dirección pero no todos vemos lo mismo, y ¿Por qué? porque todo es perspectiva.
La capacidad de ver lo diverso nos da distintas oportunidades de hallar elementos distintos en un mismo cielo y es lo que nos permite valorar la verdadera belleza de los detalles...
Hay amaneceres despejados y hay ojos dispuestos a admirar el milagro de poder verlos, es un espacio de 20 minutos irrepetibles cada día dónde puedes observar como las nubes, el sol y los colores se van transformando frente a tus ojos.
Porqué inclusive, un mismo amanecer desde el inicio hasta el final se transforma, la posición del sol va dibujando colores y texturas que verás solo si miras con atención.
Hay amaneceres tímidos y otros resplandecientes, nubes blancas y grises que nos cambian el escenario, pero lo que sí es cierto es que el sol siempre está ahí lo veamos o no, lo apreciemos o no, no por el hecho de no verlo el amanecer dejará de existir pero tu te perderás la dicha de disfrutarlo.