Siempre he sido del tipo que confía y cree en las personas hasta que me demuestran la contrario.
Incluso muchas veces he sido la única que cree en alguien y confío aunque todos me digan, no lo hagas, que increíble que no puedas ver en realidad quién es la persona que tienes al frente.
Vaya que he sido ingenua.
El tiempo les ha dado la razón a ellos y a mí me ha dejado con un vacío en el estómago y una decepción en el corazón.
No con esto les digo que dejen de creer en la gente, pero sí les digo hay que estar atentos a las señales, porque lo que sucede es que muchas veces decidimos ignorarlas por una fe ciega que nos limita la visión y la capacidad de análisis.
El amor y el apoyo incondicional suenan bonito, hasta es romántico pensar que alguien estará contigo pase lo que pase, que una amistad prevalecerá por encima de todo, pero en el mundo real no es tan cierto, muchas personas hacen y actúan según sus objetivos y te apoyan si eso les resulta útil, no todos piensen, sienten y se comprometen como tú.
Una persona que te ama de verdad no es capaz de soltarte y menos de empujarte para que caigas al vacío, si lo hace es porqué no te ama y solo te sostuvo mientras le servía para algo .
Hay que abrir bien los ojos y escuchar, muchas veces nos cegamos por un amor, por una amistad y le damos todo hasta lo que no tenemos para luego darnos cuenta que esa persona no haría lo mismo por nosotros .