Los seres humanos en nuestro recorrido de vida, muchas veces pasamos por alto que la realidad que nos toca vivir es la materialización de todos esos pensamientos que un día construimos en nuestra mente. Incluso a veces pensamos que las cosas nos ocurren por casualidad, que todo es cuestión de azar, lo bueno, lo malo, que cualquier agente externo es responsable de lo que nos pasa, pero jamás nos atribuimos a nosotros mismos la responsabilidad por lo que ocurre o deja de ocurrir.
Resulta que todo es un reflejo de lo que hay adentro, ya lo he repetido, nuestras emociones crean pensamientos, y estos pensamientos configuran nuestra realidad presente y futura, es así, como internamente vamos sumando experiencias, creencias, y estas sumadas a las emociones nos hacen pensar que somos o no capaces de lograr las cosas, lamentablemente para nosotros, en nuestra vida no pasa nada que no haya sido codificado por nuestro cerebro primero, la verdad parte de cada quien, por lo tanto somos los únicos responsables de lo que nos ocurre, así que como todo proceso, pasamos por una fase de concientización, que luego llevamos a la realidad, nosotros mismos, provocamos o desencadenamos las situaciones de las que solemos quejarnos.
A cuantos no nos ha ocurrido, que decidimos por ejemplo comprarnos un carro de una marca x, y al hacerlo o con simplemente planear hacerlo, vemos el carro que pensamos comprar hasta en la sopa, y nos sorprendemos diciendo, ahora que me voy a comprar este carro, todo el mundo lo tiene, Casualidad? Milagro? pues no, ellos siempre estuvieron allí, solo que antes no merecieron nuestra real atención, así como ese ejemplo sencillo, nos ocurre exactamente igual en otros espacios de la vida, nuestros pensamientos, producen las causalidades; es decir, si con nuestros pensamientos creamos realidades sombrías, así será nuestra vida, así que el destino no existe, no creamos en esos cuentos de camino, y menos nos sentemos a esperar que nuestra vida mejore, si no hacemos nada por lograrlo.......lo propio es activar nuestras mentes y configurar nuestros pensamientos, de forma tal que estos nos impulsen a alcanzar los objetivos que nos llevarán a ser exitosos en todo lo que hagamos.
En función de lo anterior, vale la pena preguntarnos ¿cómo influyen entonces nuestros pensamientos en el nuestro mundo externo?? Respuesta: Muchísimo. Es decir, si nosotros conscientemente creamos pensamientos, que desencadenan emociones de dolor, ira, decepción, desconfianza y esto se traduce en: Soy un desdichado, nada me sale bien, no tengo suerte con las parejas, todos me utilizan, obviamente nuestra realidad proyectada de adentro hacia afuera será: todas las personas son malas, asimismo será el entorno en el que nos movamos.
Concluyo, comentándoles una vez más, que debemos aprender a controlar nuestras emociones y pensamientos, de forma tal que seamos capaces de reprogramar nuestro cerebro en función de lo que queremos, ya que somos maravillosos seres humanos capaces de lograr hasta lo inimaginable, claro está debemos empezar por eliminar introyectos y paradigmas que solo sirven para minimizar nuestras capacidades.